Redes Sociales (segundo asalto)

Para la mayoría, el término de redes sociales tiene el mismo factor común denominador, yo me encuentro ‘en mi salsa’ escribiendo sobre ello. No se a ustedes pero a mi lo primero que me viene a la mente es un Smartphone última generación con sus respectivas aplicaciones sociales descargadas en el Home Screen.

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Parece que aquí dentro, en la pantalla de los dispositivos electrónicos, algo también debe modificarse; esta modificación la dejo caer a modo reflexivo, todavía considero que existe libertad de expresión. Advierto que el texto que va a continuación contiene un punto narcisista y un alto grado de amargura.
Todo lo que llevo analizando, durante al menos, este último pasado año 2020, me permite expresar lo que necesito que sepan de manera concreta y que me entiendan sin ofenderse, aunque se sientan aludidos, no va dirigido a ninguno de ustedes. Y dice así: Felices y animados cuando hacemos uso de las redes sociales para satisfacer las inagotables ansias de entretenimiento. Vídeos absurdos grabados por personas que no tenían otra cosa mejor que hacer, que agraciadas. Y que decir de las publicaciones personales, que si una foto por aquí, que si un vídeo por allí, ahora te etiqueto, te añado al grupo, miro los estados, quién está en línea, muy divertido el “golisnear”, sin duda alguna, ¿nos sacamos un selfie?
Ahora se buscan soluciones en el mundo para vencer esta pandemia, o tal vez lo que seguimos queriendo obviar es esta rueda inquebrantable que estamos creado, ‘caraduras’. Algo que entre otras cosas puede producir agotamiento mental creando un problema que impida a la persona tomar medidas deliberadas, dejando muchas veces el cerebro atascado girando sobre sus propias “ruedas cognitivas”.
Pero claro, era más ameno el divertirnos y vivir ajenos a otros hábitos. Como la inmensa mayoría sabe, estamos hablando de una clara tontería, que disculpen la expresión, sirve a veces, entre otras cosas, para dar un poco más “por culo” al prójimo, sin ánimos de ofender a nadie, es la verdad.
Ahora resulta que con la pandemia aparece con más repercusión que nunca el tema de las benditas redes sociales. La mayoría de héroes no están dispuestos a poner sus vidas en juego por una sociedad donde los valores fundamentales ya andaban dando tumbos.
Se le niega al teléfono móvil el que tenga su verdadera función, la de un aparato que nos permite estar comunicados, ni más mi menos; por supuesto que no se ha creado para hacer ver quién es el mejor, ni tampoco se creó para manipular a nadie, faltaría más, ¿como paramos esto?, yo no lo tengo nada claro.
Menos mal que he pasado por este proceso en varias ocasiones, dándome más credibilidad, pero nunca jamás seré un adicto, obsesivo o como demonios quiera usted llamar al hipnotizador uso de esta clase de instrumentos que se maneja con los dedos.
Los gobiernos de los países están haciendo reflexionar a más de uno colocando un interrogante a todo el planeta de ¿hacía donde nos dirigimos?. Es fácil darse cuenta que hay otras maneras de pensar, que por lo que a mí respecta, ha resultado y resulta más coherente para los tiempos que nos han tocado vivir.
Ahora surge el miedo por la situación actual del COVID19 y no es para menos, es posible que el legado de valientes toque a su fin si no se toman las medidas oportunas. Ha llegado la hora de usar esta herramienta de marketing en algo útil para la sociedad en general, remaremos en la misma dirección.
Seguro que, aunque acabada la segunda semana del confinamiento y con las gráficas que no dejan de sorprender, dejando “el horno ni pa bollos”, aún siga tanta gente enganchadísima, estupendo, contra eso solo está la ley de los principios, dejo esto y hago lo otro, ya está. <Del dicho al hecho va un trecho>.
La sorpresa ha venido con el handicap del, hasta la fecha, imparable virus, porque se añade el tener que resignarse a creer que cuando nos juntamos existe un alto riesgo de contagio. Ya ya es tarde para los profesionales del sector comercial modificar su sistema de trabajo. Este es uno de los mayores punto de inflexión al que nos enfrentamos hoy en día, desgraciadamente a ti también te afecta, ¿aceptas el reto?
Os voy a contar algo personal. Las casualidades de la vida que después de terminar mis estudios, tras varios trails en la electricidad, finalmente me puse a trabajar con un contrato fijo en telefonía móvil.
¡Y ahora me pregunto en voz alta! ¿Que clase de maraña nos intenta atrapar para luego devorarnos?
La nueva generación son víctimas pasivas desde que nacen, siempre y cuando lleguemos hasta el punto de estar obsesionándonos por las pantallas digitales. Haz la prueba, intenta pasa más de un día sin tu “aparatito», es obvio que hay que hacer un esfuerzo para no estar supeditados a su constante reclamo.
Si crees ser libre, prueba a vivir sin dinero; tenemos lo que nos hemos buscado, estar bajo el control.
¡Había que decirlo y se dijo!
Por fortuna para mí, la experiencia que gané durante el proceso que viví en el cambio a pantalla táctil, me está sirviendo, ahora más que nunca, ayudándome asimilar este hecho de forma muy satisfactoria.
La tendencia es otorgar al alza el dar un uso general a esta herramienta que ayude en el proceso de comunicarnos entre personas. Algunos expertos ya lo catalogan como una enfermedad, a lo que hay que añadir los delitos penales que se incurren con su mal uso, que cada cual saque sus conclusiones.
Es probable que tú también seas alguien que tomas control, en cuanto a las adiciones se refiere, ya sea por tener fuerza de voluntad, por falta de compromisos o por otros muchos motivos dispares. Lo cierto es que una vez más, en este asunto también, vuelven a pagan justos por pecadores, pero es lo que hay, además deberíamos conocerlo. Se ha demostrado que nos gusta estar disponibles, la tecnología es poderosa para el que la domina. Se presenta como algo obsolescente e indispensable para el presente y futuro, nadie se va a quedar fuera. Si además, hablamos de hacernos con un IPhone 12, mejor, ¿o no?, como el pasajero que sube a una guagua, ¿cuál va a preferir?, ¿elegirías la que es nueva, recién salida del concesionario o subirás a la vieja que le falla hasta el aire acondicionado en pleno mes de Agosto?.
Por lo que a mi respecta, considero oportuno seguir recopilando información, lo cual me ha estado beneficiando paradójicamente en la búsqueda de mi verdad. GRACIAS a todos por estar ahí leyéndome.
¿Qué a que verdad me refiero?
Te digo a tí, que luchas por ser mejor que los demás todos los días de tu vida y crees ser digno de tu felicidad. Despierta, porque eso es algo que está aún por demostrar en el transcurso de los días, durante cada semana, en los 12 meses que tiene el año. Has alcanzado el éxito, ahora toca mantenerse, disfruta del proceso, lo que piensen los demás de ti no es tu problema, preocúpate de tu conciencia.
Permítanme que no sea yo el que quite mérito a semejantes proezas. Quien nos lo iba decir, cuando ya nos habíamos acostumbrado a obviar el abismo que supone la soledad más absoluta. Que se te puede reprochar cuando proyectas en algunas personas el desprecio, produciendo en tí un efecto satisfactorio. Ahora, por arte de magia apareció este libro digital en tu pantalla, abra cadabra.
Sigo empeñado en forjar una recta actitud, perseverancia que asumo como características propia, la cual mantengo innata desde mi infancia, me considero un pura sangre. Tal vez, este hallazgo de nuevos rasgos sobre la personalidad nos permita aclarar el porque de la repentina insistencia mostrada por la cuestión de este conocido, por mis lectores como el asunto de las benditas redes sociales.
Son las 07:00 de la mañana, suena el despertador, me dispongo a dirigirme hacia algún lugar, como podría estar haciendo cualquier persona desde algún recóndito sitio del mundo que podamos imaginar.
La diferencia entre como lo hace la gran mayoría y yo, es que los habrá que prefieran tener activo el teléfono móvil con todas su funciones disponibles y yo mantengo seleccionado el modo avión. Radical postura pero a la vez contundente y no definitiva decisión, que me permite desconectar de forma voluntaria. Es lo que opino, mientras pueda seguir disfrutando de mi paradigma.
En su defecto, suelo configurar mi móvil iPhone 8, de tal manera que pueda únicamente acceder a la gestión de llamadas, mientras los demás suelen optar por ambas simultánea, sin restricciones de ningún tipo, más bien, a todo lo que da el aparato, claro que sí, sino pa’ que, esto sería una utópica bobería.
Entonces, sin dilación, me pregunto: ¿desde cuando llevaran contagiados por el sedante efecto que produce, bajo mi experta conclusión, este comportamiento generalista?
Volvemos a ser presas del progreso a medida que la tecnología avanza, nuevas formas de adaptarnos a ellas son necesarias. Por lo que parece, el avance es un acto reflejo, así que nos enfrentamos a la dura realidad de tener que plantearnos con urgencia una locuaz tesis, que nos permita vivir en armonía.
Varios son los motivos por los que estamos sometidos ante semejante cúmulo de obligaciones para terminar resignados a la cada día más dispar adaptación que ejerce la sociedad sobre las personas cuando aparece algún nuevo concepto revolucionario que provoca vitalidad y satisfacción.
También podemos optar por forzarnos a desistir, con frecuencia y de manera definitiva (que no morir en el intento) tanto al formato textual como al audiovisual.
Pongo mi empeño en abordar el reto que me suscita explorar mis pensamientos para encontrar una posibilidad, por muy ridícula que sea, que de coherencia y justifique el cúmulo de mensajes que se amontonan, sin cesar, a la espera de ser leídos, y/o en otros muchos casos contestados sin erratas.
Todo esto sucede mientras el desarrollo arrasa con alguna de las nuevas funciones algorítmicas creadas sabiamente por algún ingeniero impelente que terminará programando el enigma de forma magistral.
Al finalizar su uso, nos será requerida la insistente actualización desde el software de dicha aplicación; estas que se han puesto tan de moda, eso sí, he de reconocer que el programa lo solicita muy amablemente al usuario, un punto rojo aparece en su pantalla, ten por seguro que no desaparece hasta que ejecutes el comando que ejecuta la operación.
Estamos a sólo un paso del cada vez más cercano infinito que se precipita en la bochornosa rutina, estoy refiriéndome, como no podía ser de otro modo, al preámbulo que se manifiesta en este apartado, y que con recelo he decidido dar el nombre del cinismo digitalizado», dentro de la hipocresía cibernética.
Cada vez que ignoras el poder de los demás, muestras el miedo que le tienes al sufrimiento, tu capacidad de razonamiento ha mermado, te encuentras sumido por la tristeza que acontece al futuro. Estas personas transmiten soberbia a través de la manipulación del teclado táctil de cualquier terminal.
En el equilibrio está la virtud, nadie dijo que entenderse a través de la interfaz de un teléfono inteligente diseñado para el consumo, con estas características, resultaría tan rentable, un punto intermedio hubiera sido lo correcto. Escribí este libro para saciar tal ansiedad por las compras online sin sentido, hasta aquí hemos llegado con el pasotismo, el saber no ocupa lugar. Has llegado a tu destino, la calma.
Como dice un polémico cantante de éxito internacional llamado Alejandro Sanz en su canción «cuando nadie me ve puedo ser o no ser». Pura ficción, ¡romanticón!, pocos adjetivos califican mejor a este cantautor, que compone “en plan” loco apasionado. Con esta manera de pensar es cuando me doy cuenta que porto todas las papeletas para ser un pasajero más, por muy lejos que llegue.
Dejemos de buscar la aprobación de las masas, no hemos nacido para competir con los demás, ese será tu motor de propulsión para ir tirando, yo juego en otra liga. Igual con un poco de suerte sonrías con ironía y muestres interés al saber que solo estás frente al principio de mi oculta verdad.
Uso del Whatsapp
Os contaré una anécdota. Estos días me he implicado nuevamente para intervenir en una nueva conversación dentro del único grupo de WhatsApp al que pertenezco, formado por varios viejos amigos, prácticamente todos implicados, desde el inicio de la conocida red social. ¡Muchachos!, que paranoias son estas, si de verdad creen que exagero, pues tan solo hagan un ‘break’ y piensen en el hecho fehaciente de que ya me salí unas cuantas veces, después de que me hallan ingresado nuevamente 3 veces y lo volvería hacer. Luego dicen que hay que aguantar, pero que me están contando misijos, si quieren hablar de algo bueno conmigo, ya saben como hacerlo, al parecer no interesa hablar por hablar.
< Yo no soy el plan b, yo soy el plan A >
Acepto que en una comunidad formada por más de 10 integrantes, lógicamente surjan piques. Lo que me niego a entender es que nada sacie tal apetito por enojar y lo más ruina de todo es como se actúa siendo amigos, se nos olvida quienes somos. Cuidado, que no estoy diciendo que el uso de los grupos de WhatsApp sea una aberración ni nada por el estilo. Lo desagradable de este asunto, en el cuál se ve uno involucrado sin quererlo, se manifiesta cuando aparece un repetido intento de «burla» de algún degenerado como de costumbre. Se incita al grave hecho que provoca volverse un adicto al teléfono móvil (nomofobia) cuando el «agredido», en aras de mantener su honorabilidad con su derecho a defenderse lanza su ofensa, cuando se busca rematar la gracia queda reflejado el desequilibrado existente, pudiendo tener graves consecuencias.
Y ahora por favor, ahórrense el tópico de《 para bien o para mal lo importante es que hablen de uno 》.
Con la salud de las personas no se juega, grávense con fuego estas palabras.
Mis estudios me acreditan como Técnico Superior de Comunicaciones, ejerzo mi profesión con los pies descalzos en la playa, una cosa que a los canarios siempre nos ha gusta muchísimo. Me despido una vez más como Autónomo orgulloso por mi adición controlada en los medios.
《 vestir elegante permite sentirse bien 》
Si, es cierto, por necesidad y por tiempo desconocido continuaré mostrando mi arrogancia desahogándome durante dichas reflexiones. Todo ello en mi horario no laboral, durante algún trayecto.
Otro día, siempre y cuando las circunstancias me lo permitan, escribiré dando mi humilde opinión, también desde la guagua, acercar de los chats privados. A priori parece más sencillo de analizar. En lo que a la situación actual se refiere, podría ser, pero lo dudo. Del mismo modo guarda mucha controversia y puede significar salirse de Guatemala para meterse en Guatapeor.
《 no hace falta tener principios pudiendo tener finales exitosos 》
Que conste no tenía ninguna intención en compartir esta información. Ahora, dadas las circunstancias actuales donde se pide que entre todas y todos contribuyamos a ser lo más eficaces y eficientes posibles, opino que sería conveniente que tú si lo hicieras de forma responsable con la difusión de este TU LIBRO.
Está claro que todo vale, siempre y cuando sea útil y siguiendo unas pautas establecidas, de ahí mi idea de soltar esta bomba, tras oír al mentor Nacho Rodríguez CEO de Nomad City, acerca de lo que dijo el pasado día 20 de Enero del 2021 en la conferencia Webinar, sobre las claves para salir de la crisis.
MUCHAS GRACIAS. ¡¡¡FUERZA Y ÁNIMO¡¡¡
P.D. Verdades que duelen. Muchas.

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